Evaluación de los riesgos para la salud que entrañan los incendios forestales
Table of Contents
Imagen de cinco incendios forestales, los más grandes de los cuales son el de Palisades y el de Eaton, activos el 10 de enero de 2025 en zonas del norte de Los Ángeles. Se sabe que al menos 18 personas han perdido la vida y muchas propiedades fueron arrasadas hasta los cimientos. Esta imagen, capturada por la misión Copernicus Sentinel-3 el 9 de enero de 2025, muestra el incendio de Palisades en la parte inferior izquierda y el incendio de Eaton en la parte superior derecha, con humo que llega a la isla Catalina y a la reserva de Santa Bárbara al sur de los incendios. Crédito: Contiene datos modificados de Copernicus Sentinel (2025), procesados por la ESA
A la luz de los incendios forestales en el área de Los Ángeles, Estados Unidos, expertos de Stanford que abarcan los campos de las ciencias ambientales, la medicina y la salud pública discuten lo que sabemos sobre los impactos de los incendios forestales en la salud, lo que se mantiene como un misterio, y cómo las comunidades pueden protegerse mejor de las amenazas, más comunes, de los incendios.
En un artículo publicado en el sitio de la Universidad de Stanford, con la firma de Rob Jordan, se indicó que mientras los incendios forestales continúan arrasando el área de Los Ángeles, su costo en vidas, hogares y paisajes naturales es innegable. Menos obvios son los impactos en la salud, como los problemas respiratorios causados por la inhalación de humo y los problemas derivados de la evacuación y el impacto de la pérdida en la salud mental, que podrían extenderse mucho más allá de la zona incinerada y persistir en los años venideros.
El humo y las llamas del incendio de Palisades inundan el cielo, como se ve desde el barrio de Pacific Palisades en Los Ángeles. (Crédito: Tiffany Rose/Getty Images)
Lisa Patel, profesora clínica adjunta de pediatría en la Facultad de Medicina de Stanford, es la autora principal de Escuelas resilientes al clima: un llamado a la acción -Climate Resilient Schools: A Call to Action-, un informe que detalla los impactos de los incendios forestales en la salud de los niños y recomienda soluciones políticas. Sharon Chinthrajah, en tanto, profesora adjunta de medicina y pediatría, estudia las alergias y el asma. Marshall Burke, profesor asociado de la Stanford Doerr School of Sustainability, estudia los impactos de la calidad del aire en la salud humana y recientemente publicó un estudio que muestra cómo el humo de los incendios forestales ha retrasado por sí solo el progreso hacia el aire limpio en los EE. UU. (Recordemos que, como una de las potencias industriales y comerciales del mundo, EE.UU también debe reducir las emisiones de efecto invernadero). Jessica Yu, científica investigadora del Programa de Políticas Climáticas y Energéticas del Instituto Stanford Woods para el Medio Ambiente, estudia la intersección entre la salud humana y la salud planetaria, con especial atención a los impactos del humo de los incendios forestales en la salud pública. (Vea más información sobre incendios forestales de los expertos de Stanford).
¿El humo de los incendios forestales es más peligroso que otras formas de contaminación del aire? ¿Cómo podemos medir el peligro y protegernos de él? #
Burke: Los datos indican claramente que no existe un nivel seguro de exposición al humo de los incendios forestales: cuanto mayor sea la exposición, peores serán los resultados para la salud. Los datos también muestran claramente que probablemente deberíamos ampliar considerablemente nuestra comprensión de los grupos sensibles. Además de los niños, las personas mayores o cualquier otra persona con enfermedades preexistentes, como el asma, también debemos pensar en poblaciones como las embarazadas, cuyos resultados en el parto pueden verse sustancialmente afectados por la exposición. Los filtros portátiles para interiores suelen ser la mejor opción para muchos hogares, y las mascarillas N95 bien ajustadas pueden ayudar cuando se está al aire libre.
Patel: Calculamos que el humo de los incendios forestales es aproximadamente diez veces más tóxico que la contaminación atmosférica habitual que respiramos debido a la quema de combustibles fósiles. Dada la toxicidad del humo de los incendios forestales y que podemos esperar que los niños estén expuestos a estos fenómenos tóxicos con mayor frecuencia, creo que es mejor ser precavidos. Los niños son una población sensible y deberían limitar el tiempo que pasan al aire libre durante los días en que la calidad del aire es deficiente. Las escuelas deben contar con sistemas de filtración para mantener limpia la calidad del aire interior, ya sean sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado o purificadores de aire portátiles.
Yu: El humo de los incendios forestales contiene una variedad de contaminantes y su composición depende de factores como el tipo de combustible que se quema, como la vegetación y los materiales de las viviendas, la intensidad del incendio y las condiciones atmosféricas. Estos factores pueden provocar la liberación de partículas finas, gases nocivos, compuestos orgánicos volátiles y sustancias tóxicas, como el benceno y los metales pesados. Las partículas finas del humo de los incendios forestales son especialmente peligrosas porque pueden penetrar profundamente en los pulmones y entrar en el torrente sanguíneo, lo que puede provocar daños en varios sistemas del cuerpo, incluidos el cardiovascular y el nervioso.
¿Cómo podría la exposición repetida al humo de los incendios forestales influir en el desarrollo o la exacerbación de las enfermedades respiratorias en los niños? ¿Existen hallazgos contradictorios con respecto a la susceptibilidad o la resiliencia entre las diferentes poblaciones pediátricas? #
El incendio forestal avivado por fuertes vientos arrasando la zona de Pacific Palisades en Los Ángeles, California. La ciudad declaró el estado de emergencia y decenas de miles de personas están siendo evacuadas mientras el fuego fuera de control sigue propagándose rápidamente. La imagen captada por la misión Sentinel-2 de Copernicus muestra vívidamente el humo que se elevaba del incendio cerca de Santa Mónica a las 10:36 hora local del 7 de enero de 2025, poco después de que se declarara el incendio. La imagen ha sido procesada como una composición de falso color que combina el color verdadero con las bandas infrarrojas de onda corta del sensor de imágenes multiespectral del satélite. La imagen captó que otros dos incendios alrededor de Los Ángeles también evolucionaban rápidamente: el incendio de Hurst al norte de San Fernando y el incendio de Eaton en Altadena. Crédito: Contiene datos modificados de Copernicus Sentinel (2025), procesados por la ESA
Patel: Cada vez vemos más niños que acuden a urgencias con asma, sibilancias, bronquitis y neumonía. Aunque no sabemos cuáles serán las consecuencias a largo plazo de estas exposiciones repetidas para los niños, cada nuevo estudio que se publique debería aumentar nuestra preocupación. Los estudios que siguen a niños entre dos y cuatro años después de la exposición al humo de grandes incendios forestales muestran una reducción de la función pulmonar, un mayor uso de antibióticos y de la atención sanitaria.
Yu: Los bebés respiran más aire por unidad de peso corporal que los adultos, y los estudios toxicológicos indican que el sistema respiratorio continúa desarrollándose hasta alrededor de los 21 años de edad. Esto subraya por qué las poblaciones pediátricas son particularmente vulnerables a los resultados adversos para la salud derivados del humo de los incendios forestales. Sin embargo, es importante reconocer que los impactos toxicológicos del humo de los incendios forestales en los sistemas respiratorios en desarrollo se extienden más allá de los niños pequeños e incluyen a adolescentes, jóvenes y adultos jóvenes.
Chinthrajah: Las escuelas y los programas extracurriculares al aire libre, como los deportes, están utilizando umbrales del índice de calidad del aire para determinar cuándo limitar la exposición y trasladar a los niños al interior. Sin embargo, en el caso de exposiciones repetidas, debemos examinar estos enfoques para asegurarnos de que realmente estamos limitando la exposición con el paso del tiempo. Los niños con afecciones respiratorias, como el asma, son aún más susceptibles.
¿Cuál es el papel del cambio climático en la actividad de incendios forestales y las tendencias del humo recientes? #
Burke: El cambio climático, y en particular la creciente aridez de los combustibles provocada por las temperaturas más altas y las precipitaciones variables, está desempeñando un papel central en el reciente y rápido aumento de la actividad de los incendios forestales y la exposición al humo en todo Estados Unidos. Sin duda, no es el único factor, pero está amplificando sustancialmente el riesgo provocado por otros factores, entre los que se incluyen un siglo de supresión de incendios que ha dejado abundantes combustibles en nuestras zonas silvestres, así como el aumento de la construcción y la actividad humana en la interfaz entre zonas silvestres y urbanas. Podemos decir con gran confianza que el cambio climático ha hecho que estos eventos sean mucho más probables y mucho más graves.
Hay estudios que indican que las personas que viven en zonas más ricas tienden a buscar más información y a tomar medidas de protección durante los incendios forestales en comparación con las que viven en áreas de menores ingresos. ¿Qué implicaciones podría tener esto para las intervenciones de salud pública? #
Patel: Debemos asegurarnos de tener acceso a múltiples canales de comunicación y en varios idiomas para que las personas reciban información de manera adecuada y oportuna. Algunos sistemas de salud están empezando a utilizar alertas de suscripción voluntaria para amenazas como el calor extremo o la mala calidad del aire, en las que los pacientes vulnerables reciben comunicaciones de texto para que tomen las precauciones adecuadas. A medida que estas amenazas empeoran, debemos pensar más en lo que pueden hacer los sistemas de salud para llegar mejor a los pacientes vulnerables.
English version #
What we know about the health effects of wildfire #
Five wildfires – the biggest in the Palisades and the Eaton fires – still currently burning on 10 January 2025, in areas of north Los Angeles. At least 18 people are known to have lost their lives and many more properties have been burnt to the ground. This image, captured by the Copernicus Sentinel-3 mission on 9 January 2025, shows the Palisades fire at lower left and the Eaton fire at upper right, with smoke seen reaching Catalina Island and the Santa Barbara reserve to the south of the fires. This image, captured by the Copernicus Sentinel-3 mission on 9 January 2025, shows the Palisades fire at lower left and the Eaton fire at upper right, with smoke seen reaching Catalina Island and the Santa Barbara reserve to the south of the fires. Credit: contains modified Copernicus Sentinel data (2025), processed by ESA
As wildfires continue to rage across the Los Angeles area, their toll on lives, homes, and natural landscapes is undeniable. Less obvious are the health impacts, such as respiratory issues caused by smoke inhalation and mental health strains of evacuation and loss, that could stretch far beyond the burn zone and linger for years to come.
Stanford researchers are working to uncover the full scope of wildfire-related health risks and how public health strategies can mitigate them. Below, four Stanford experts spanning the fields of environmental science, medicine, and public health discuss what we know about wildfires’ health impacts, what remains a mystery, and how communities can better protect themselves from the increasingly common threat.
Lisa Patel, a clinical associate professor of pediatrics in the Stanford School of Medicine, is the lead author of Climate Resilient Schools: A Call to Action, a report that details wildfire impacts on children’s health and recommends policy solutions. Sharon Chinthrajah, an associate professor of medicine and pediatrics, studies allergies and asthma. Marshall Burke, an associate professor in the Stanford Doerr School of Sustainability, studies air quality impacts to human health and recently published a preprint study showing how wildfire smoke has single-handedly set back progress on clean air in the U.S. Jessica Yu, a research scientist at the S** tanford Woods Institute for the Environment’s Climate and Energy Policy Program, studies the intersection of human and planetary health, with a focus on the public health impacts of wildfire smoke. ( See more Stanford experts on wildfires**)
Smoke and flames from the Palisades Fire fill the sky as seen from the Pacific Palisades neighborhood of Los Angeles. (Credit: Tiffany Rose/Getty Images)
Is wildfire smoke more dangerous than other forms of air pollution? How can we gauge the danger, and protect against it? #
Burke: The data pretty clearly say that there is no safe level of exposure to wildfire smoke: the more exposure we get, the worse a range of health outcomes. The data also pretty clearly show that our notion of sensitive groups should probably be greatly expanded. In addition to kids, elderly populations, or anyone else with preexisting conditions, like asthma, we need to think about populations like pregnant people whose birth outcomes can be substantially affected by exposure. Portable indoor filtration is often the best option for many households, and well-fitting N95 masks can help when outside.
Patel: We estimate that wildfire smoke is about 10 times as toxic as the regular air pollution we breathe from the burning of fossil fuels. Given the toxicity of wildfire smoke and that we can expect children to be exposed to these toxic events more often, I think it’s best to err on the side of caution. Children are a sensitive population and should be limiting their time outdoors during poor air quality days. Schools need to have filtration systems in place to keep indoor air quality clean for students, whether that is HVAC systems or portable air cleaners.
Yu: Wildfire smoke contains a variety of pollutants, and its composition depends on factors such as the type of fuel being burned, such as vegetation and housing materials, the intensity of the fire, and atmospheric conditions. These factors can lead to the release of fine particulate matter, harmful gases, volatile organic compounds, and toxic substances, like benzene and heavy metals. Fine particulate matter from wildfire smoke is particularly dangerous because it can penetrate deep into the lungs and enter the bloodstream, potentially causing damage to multiple body systems, including the cardiovascular and nervous systems.
Fanned by very strong winds, a wildfire is ripping through the Pacific Palisades in Los Angeles, California. With the city on a state of emergency, tens of thousands of people evacuating as the out-of-control blaze continues to spread rapidly. Officials warned that the situation is likely to worsen. This image was captured by the European Copernicus Sentinel-2 mission vividly depicts the smoke billowing from the fire near Santa Monica at 10:36 local time on 7 January 2025, not long after the fire broke out. The blaze has since caused widespread damage and concern. The image was processed as a false colour composite that blends the true colour with shortwave infrared bands of the mission’s multispectral imager. Two other fires around Los Angeles -depicted in the image- where also growing fast: the Hurst fire north of San Fernando and the Eaton fire in Altadena. Credit: contains modified Copernicus Sentinel data (2025), processed by ESA
How could repeated exposure to wildfire smoke influence the development or exacerbation of respiratory conditions in children? Are there any counterintuitive findings regarding susceptibility or resilience among different pediatric populations? #
Patel: Acutely, we see more children showing up in our emergency room with asthma, wheezing, bronchitis, and pneumonia. While we don’t know long-term outcomes for what these repeated exposures mean for children, each new study that comes out should increase our concern. Studies that follow children 2-4 years after exposure to smoke form large wildfires show reduced lung function, increased antibiotic use, and increased healthcare utilization.
Yu: Infants breathe more air per unit of body weight than adult, and toxicological studies indicate that the respiratory system continues to develop until around 21 years of age. This underscores why pediatric populations are particularly vulnerable to adverse health outcomes from wildfire smoke. However, it’s important to recognize that the toxicological impacts of wildfire smoke on developing respiratory systems extend beyond young children to include adolescents, teens, and young adults.
Chinthrajah: Schools and outdoor extracurricular programs, like sports, are using AQI thresholds to determine when to limit exposure and shuttle kids indoors. However, with repeated exposures, we need to examine these approaches to make sure we are truly limiting exposure over time. Children with respiratory conditions, such as asthma, are even more susceptible.
What is the role of climate change in recent wildfire activity and smoke trends? #
Burke: Climate change, and in particular increasing fuel aridity brought about by hotter temperatures and variable rainfall, is playing a central role in the recent rapid increase in wildfire activity and smoke exposure throughout the US. It is certainly not the only factor, but is substantially amplifying the risk brought about by other factors, which include a century of fire suppression that has left abundant fuels in our wildlands, as well as increased human construction and activity in the wildland-urban interface. We can say with strong confidence that climate change has made these events much more likely and much more severe.
Studies indicate that individuals in wealthier areas tend to seek more information and take protective actions during wildfire smoke events compared to those in lower-income neighborhoods. What might this imply for public health interventions? #
Patel: We need to make sure we are accessing multiple channels of communication and in multiple languages so that people receive information in an appropriate and timely way. Some health systems are starting to utilize opt-in alerts for threats like extreme heat or poor air quality in which vulnerable patients receive text communications to take appropriate precautions. As these threats worsen, we need to think more about what health systems can do to better reach patients who are vulnerable.