Según una encuesta, más de la mitad de los investigadores que comunican ciencia en medios de comunicación en España afirman haber sufrido agresiones
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El informe “Experiencias de investigadores que interactúan con medios de comunicación y redes sociales en España” recoge y analiza los datos de una encuesta —la primera de estas características en España— que pretende analizar las experiencias de los científicos que hablaron con los medios de comunicación sobre ciencia en los pasados cinco años.
El informe ha sido realizado por el SMC España de FECYT en colaboración con el grupo de investigación GUREIKER de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Crédito de la imagen: FECYT
Elaborado por el Science Media Centre Spain (SMC) de la Fundación Española para la Ciencia y La Tecnología (FECYT), en colaboración con el grupo de investigación Gureiker de la Universidad del País Vasco, el informe analiza los hábitos de los científicos en su relación con los medios de comunicación, así como los beneficios y obstáculos que perciben. También analiza las consecuencias personales y profesionales de las experiencias negativas; los mecanismos de afrontamiento que utilizan los científicos y la respuesta que dicen recibir de sus instituciones.
La encuesta y el análisis de los datos obtenidos se han llevado a cabo bajo la dirección científica de Maider Eizmendi, Ainara Larrondo y Simón Peña, del grupo de investigación Gureiker. La recolección de datos se realizó mediante una encuesta online enviada a través de un software que garantizaba la confidencialidad. Los participantes han sido expertos en diversas áreas de la ciencia y la tecnología que el SMC España contactó para ser fuente de información desde marzo de 2022 hasta julio de 2024 (1.405 personas). La tasa de respuesta ha sido del 17%, con 237 encuestados, una cifra elevada en comparación con estudios similares en otros países. Las encuestas se enviaron en tres oleadas en junio y julio de 2024.
La participación de los investigadores en los medios de comunicación es necesaria para que los periodistas dispongan de fuentes adecuadas y para que el público reciba información científica honesta y rigurosa a través de los medios. Por ello, es fundamental conocer los perfiles mediáticos de los investigadores que hablan en los medios y en las redes sociales, así como las experiencias negativas a las que se enfrentan.
Estudios previos encargados por revistas como Science y Nature (esta última en colaboración con Science Media Centres de otros países) también habían estudiado estas experiencias.
“Se trata de un tema relevante, especialmente ahora que cada vez se habla más de la importancia de que los investigadores participen en actividades de comunicación científica, y en un momento en el que se está discutiendo ampliamente la desinformación y la necesidad de que contribuyan fuentes expertas”, explicó Maider Eizmendi durante una sesión informativa organizada por SMC España para presentar el informe.
“El estudio nace de nuestro compromiso como periodistas científicos no sólo de realizar nuestro trabajo periodístico diario sino también de generar evidencia sobre un tema donde ya disponemos de datos considerables, como es la relación entre medios de comunicación y fuentes expertas”, añadió Pampa García Molina, coordinadora de SMC España.
Experiencias de hablar con los medios de comunicación #
Una de las principales conclusiones del estudio es que, en general, los científicos tienen una percepción positiva o muy positiva de su participación en los medios de comunicación (83,12%).
Para ellos, transmitir su mensaje es el principal beneficio, y la oportunidad de que sus estudios tengan mayor visibilidad e impacto también es un factor motivador para más de la mitad de los encuestados.
En términos de obstáculos, el miedo a la tergiversación de su mensaje es la principal barrera citada por los científicos.
Los encuestados afirman que se han involucrado principalmente en la producción de contenidos noticiosos, y en menor medida en programas de entrevistas, donde la opinión juega un papel importante. El 79,71% de los encuestados ha participado en vídeos para sitios web y redes sociales en los últimos cinco años; y el 66,50% en entrevistas podcast, dos formatos que están ganando importancia.
Ataques #
Sin embargo, los resultados muestran que los científicos que realizan actividades de comunicación científica también se enfrentan a una realidad hostil. El 51,05% de los encuestados afirma haber sufrido un ataque después de comunicar ciencia. La incidencia es mayor entre las mujeres: el 56,86% de las científicas encuestadas declara haber sufrido este tipo de ataques en comparación con el 46,21% de los científicos.
Insultos (30,38%), comentarios sobre su capacidad profesional (28,69%) y las opiniones sobre su integridad profesional (17,72%) son las agresiones más frecuentes que sufren los investigadores que comunican sobre ciencia. Le siguen los comentarios sobre el origen, la etnia, la ideología, la religión o las creencias de los investigadores (13,50%), el contacto intenso y repetitivo (10,97%), los comentarios sobre su aspecto físico (4,64%), la publicación de datos personales (2,95%) y los comentarios sobre su orientación sexual o identidad de género (2,53%). Algunos también denuncian haber sido amenazados con violencia física y sexual (2,11%), así como amenazas de muerte (1,69%).
Género #
Los datos muestran patrones diferentes según el género. Por ejemplo, más de una de cada tres investigadoras (34,31%) afirma haber recibido comentarios sobre su capacidad científica, con una diferencia de más de 10 puntos porcentuales respecto a los hombres (24,24%). Mientras tanto, los hombres reciben significativamente más comentarios sobre su integridad profesional.
Medioambiente y salud #
Los encuestados que sufren acoso con mayor frecuencia son aquellos que comunican sobre temas medioambientales y de salud. Por ejemplo, el 74,19% de los encuestados que hablan sobre la COVID-19 fueron atacados, y esta proporción es del 53,33% entre los que hablan sobre el cambio climático. En cuanto a los canales a través de los cuales los científicos reciben ataques, la red social X (antes Twitter) es la más común (59,86%). Sin embargo, los comentarios públicos publicados en las propias páginas web de los medios de comunicación en línea (21,13%), así como en persona, en público (11,97%) o en privado (7,39%) también son significativos en términos porcentuales.
Consecuencias #
En cuanto a las consecuencias de este tipo de experiencias, un gran porcentaje afirma no haber experimentado ningún tipo de impacto. En cuanto al resto, la inseguridad personal, la ansiedad u otro tipo de problemas psicológicos y la pérdida de productividad son los efectos más habituales. Existen diferencias de género en este sentido, siendo los hombres los más afectados por la pérdida de productividad.
¡Ay, las redes! #
En cuanto a las medidas adoptadas ante los ataques, las más frecuentes son las relacionadas con la gestión de las redes sociales. En un 16,55% de las experiencias negativas, la consecuencia fue dejar de comunicar ciencia o hablar con los medios de comunicación. El porcentaje de casos en los que los investigadores afectados buscaron ayuda es relativamente bajo y se limita a los casos más graves.
“Que un 16,55% de experiencias negativas hayan tenido como consecuencia dejar de comunicarse con los medios o cesar la divulgación me parece grave porque, para hacer buen periodismo científico, necesitamos fuentes que estén dispuestas a hablar con nosotros”, ha destacado García Molina.
Propuestas para fortalecer la comunicación científica #
El estudio recoge también testimonios representativos de las experiencias negativas que recuerdan los encuestados, sin incluir detalles identificativos, así como propuestas para ayudar a los investigadores que hablan en los medios de comunicación y en las redes sociales.
A medida que la comunicación científica va ganando cada vez más relevancia social y reconocimiento en las carreras científicas, los encuestados afirman que las instituciones deberían fomentar y apoyar el trabajo de comunicación y darle más relevancia.
Además, piden a las instituciones más formación e información sobre comunicación científica para evitar experiencias negativas. También piden mecanismos de protección ante ataques y una mayor implicación de las instituciones o empresas.
“Se trata de apoyarles y hacerles ver lo importante que es su actividad porque muchas de las propuestas que hacen los científicos a sus instituciones se centran en dar reconocimiento a esta labor. Hasta ahora, la comunicación científica ha sido una elección personal”, afirmó Eizmendi.
Por último, pidieron canales formales para denunciar sus experiencias negativas tras comunicar sobre ciencia, instan a extremar la precaución en las redes sociales y llaman a las instituciones a implicarse.
“Este estudio es un punto de partida que sirve para poner sobre la mesa un tema que las instituciones y otros medios de comunicación deberían analizar en su propio ámbito y tomar medidas al respecto”, enfatizó Eizmendi.
El informe completo ( español), un resumen ( español e inglés) y la información anonimizada ( español) están disponibles abiertamente para su consulta.
English version #
More than half of researchers who communicate science in the media in Spain say they suffered attacks, according to a FECYT survey #
The report ‘Experiences of researchers who interact with the media and social networks in Spain’ is the first of its kind in Spain
The report “Experiences of researchers who interact with the media and social networks in Spain” collects and analyses data from a survey—the first survey of its kind in Spain—which aims to analyze the experiences of scientists who spoke to the media about science in the last five years.
The report has been carried out by FECYT’s SMC Spain in collaboration with the Gureiker research group of the University of the Basque Country (UPV/EHU). Image credit: FECYT
The report, carried out by FECYT’s Science Media Centre Spain (SMC) in collaboration with the Gureiker research group at the University of the Basque Country, examines the habits of scientists when it comes to engagement with the media, as well as the benefits and obstacles they perceive. It also analyses the personal and professional consequences of negative experiences; the coping mechanisms scientists use and the response they say they receive from their institutions.
The survey and the analysis of the data obtained were carried out under the scientific direction of Maider Eizmendi, Ainara Larrondo and Simón Peña, from the Gureiker research group. The data collection was carried out by means of an online survey sent via software that guaranteed confidentiality. The participants were experts in various areas of science and technology that the SMC Spain contacted to be a source of information from March 2022 to July 2024 (1,405 people). The response rate was 17%, with 237 respondents, a high figure compared to similar studies in other countries. Surveys were sent out in three waves in June and July 2024.
The participation of researchers in the media is necessary for journalists to have adequate sources and for the public to receive honest and rigorous science information through the media. It is therefore essential to understand the media profiles of researchers who speak to the media and on social networks, as well as the negative experiences they face.
Previous studies commissioned by journals such as Science and Nature—the latter in collaboration with Science Media Centres in other countries—had also studied these experiences.
“This is a relevant issue, especially now that there is increasing talk about the importance of researchers participating in science communication activities, and at a time when misinformation and the need for expert sources to contribute are being widely discussed,” explained Maider Eizmendi during an briefing organized by SMC Spain to present this report.
“The study stems from our commitment as science journalists not only to carry out our daily journalistic work but also to generate evidence on a topic where we already have considerable data, such as the relationship between the media and expert sources,” added Pampa García Molina, coordinator of SMC Spain.
Experiences of speaking to the media #
One of the study’s main takeaways is that, overall, scientists have a positive or very positive perception of their participation in the media (83.12%).
Getting their message across is the main benefit for them, and the opportunity for their studies to have greater visibility and impact is also a motivating factor for more than half of those surveyed.
Obstacles #
In terms of obstacles, fear of misrepresentation of their message is the main barrier cited by scientists.
Respondents say they have mainly been involved in the production of news content, and less so in talk shows, where opinion plays a big role. 79.71% of respondents have participated in videos for websites and social networks in the last five years; and 66.50% in podcast interviews, two formats that are gaining importance.
Attacks #
However, the results show that scientists involved in science communication activities also face a hostile reality. 51.05% of survey respondents say they suffered an attack after communicating science. The incidence is higher for women: 56.86% of female scientists surveyed report having suffered such attacks compared to 46.21% of male scientists.
Insults (30.38%), comments about their professional capacity (28.69%) and opinions about their professional integrity (17.72%) are the most frequent attacks suffered by researchers who communicate about science. They are followed by comments about researchers’ origin, ethnicity, ideology, religion or beliefs (13.50%), intense and repetitive contact (10.97%), comments about their physical appearance (4.64%), publication of personal data (2.95%) and comments about their sexual orientation or gender identity (2.53%). Some also report being threatened with physical and sexual violence (2.11%), as well as death threats (1.69%).
Gender #
The data show different patterns according to gender. For example, more than one in three female researchers (34.31%) say they have received comments about their scientific ability, with a difference of more than 10 percentage points compared to men (24.24%). Meanwhile, men receive significantly more comments on their professional integrity.
Oh my gosh… social media! #
The most frequently harassed respondents are those who communicate about environmental and health issues. For example, 74.19% of respondents who speak about COVID-19 were attacked, and this proportion is 53.33% among those who speak about climate change. In terms of the channels through which scientists receive attacks, the social network X (formerly Twitter) is the most common one (59.86%). However, public comments published on the websites of online media themselves (21.13%), as well as in person, in public (11.97%) or in private (7.39%) are also significant in percentage terms.
Issues #
Regarding the consequences of this type of experience, a large percentage say that they have not experienced any type of impact. As for the rest, personal insecurity, anxiety or other types of psychological problems and loss of productivity are the most common effects. There are gender differences in this regard, as men are the most affected by the loss of productivity.
Less science #
As for measures taken in response to attacks, the most frequent ones are those related to the management of social networks. In 16.55% of negative experiences, the consequence was to stop communicating science or speaking to the media. The percentage of cases in which the researchers affected sought help is relatively low and limited to the most serious cases.
“That 16.55% of negative experiences have resulted in stopping communication with the media or ceasing outreach seems serious to me because, to do good science journalism, we need sources who are willing to talk to us,” highlighted García Molina.
Proposals to strengthen science communication #
The study also collates representative testimonies about the negative experiences recalled by respondents—leaving out identifying details—as well as proposals to help researchers who speak to the media and on social networks.
As science communication is gaining more and more social relevance and recognition in scientific careers, respondents say that institutions should encourage and support communication work and give it more relevance.
In addition, they ask institutions for more training and information on science communication in order to avoid negative experiences. They also ask for protection mechanisms against attacks and greater involvement of institutions or companies.
“It is about supporting them and making them see how important their activity is because many of the proposals made by scientists to their institutions focus on giving recognition to this work. Up until now, science communication has been a personal choice,” Eizmendi stated.
Finally, they call for formal channels to report their negative experiences after communicating about science, urge extreme caution on social networks and call on institutions to get involved.
“This study is a starting point that serves to bring to the table an issue that institutions and other media outlets should analyze within their own scope and take measures on,” emphasized Eizmendi.
The full report ( Spanish), a summary ( Spanish and English) and the anonymized data ( Spanish) are openly available for consultation.
The article Experiencias del personal investigador en su relación con los medios de comunicación y redes sociales, on FECYT’s site