*El ciclo de 24 horas que los humanos seguimos de forma natural es uno de los factores que moldean el entorno interno del cerebro. Estos ciclos fisiológicos internos surgen de la interacción entre el reloj circadiano intrínseco del cuerpo y el ciclo externo de luz-oscuridad que lo sincroniza. Sin embargo, hasta ahora se desconocía en gran medida cómo estas fluctuaciones diarias influyen en la química cerebral y afectan la excitabilidad y la plasticidad neuronal. Ahora, investigadores de la Universidad de Tohoku han observado directamente cambios en las respuestas de las señales neuronales en el cerebro de ratas nocturnas, en función de la hora del día.
Los hallazgos fueron publicados en Neuroscience Research.
Para explorar el mecanismo subyacente que explica este fenómeno, los investigadores analizaron la adenosina, un neuromodulador que se acumula durante la vigilia y nos produce somnolencia. Al bloquear la acción de la adenosina, la actividad neuronal al amanecer se desinhibió y aumentó, lo que demuestra que la adenosina ayuda a regular la excitabilidad cortical a lo largo del día.
«La excitabilidad neuronal no es constante; depende del estado interno del cerebro», afirmó el profesor Ko Matsui de la Universidad de Tohoku, Japón. «Nuestros resultados demuestran que incluso neuronas idénticas pueden responder de manera diferente según la hora del día, un proceso regulado por moléculas como la adenosina que vinculan el metabolismo, el sueño y la señalización neuronal».
El equipo también examinó si la capacidad del cerebro para la potenciación a largo plazo (PLP), base celular del aprendizaje y la memoria, varía según la hora del día. Esto representa el potencial de metaplasticidad del cerebro (su capacidad para ajustar la facilidad con que cambian sus redes neuronales). Sorprendentemente, la estimulación óptica repetitiva indujo una mejora similar a la PLP al amanecer, pero no al atardecer. Esto resultó inesperado, ya que sugiere que, si bien la presión del sueño y la fatiga alcanzan su punto máximo al amanecer, el potencial metaplástico del cerebro se encuentra elevado en ese momento. Estos hallazgos indican que la capacidad del cerebro para reorganizarse sigue un ritmo diario, con periodos específicos más favorables para el aprendizaje y la adaptación.
En los seres humanos, cuya actividad se concentra principalmente durante el día, la capacidad de aprendizaje y formación de memoria puede alcanzar su punto máximo durante el crepúsculo, justo antes del atardecer. En otras palabras, el mejor momento para estudiar o aprender algo nuevo podría ser antes de acostarse.
Cita #
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El estudio Diurnal modulation of optogenetically evoked neural signals (Diurnal modulation of optogenetically evoked neural signals), fue publicado en Neuroscience Research. Autores: Yuki Donen, Yoko Ikoma & Ko Matsui
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El artículo The Flexible Brain: How Circuit Excitability and Plasticity Shift Across the Day fue publicado hoy en el sitio web de la Universidad de Tohoku
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