 
      
    
     
      
    
Los científicos creen que cuando el Sol y la Tierra eran jóvenes, el Sol era tan activo que estas eyecciones de masa coronal podrían incluso haber afectado el surgimiento y la evolución de la vida en la Tierra. De hecho, estudios previos han revelado que las estrellas jóvenes similares al Sol, que representan a nuestro Sol en su juventud, producen con frecuencia erupciones solares de gran alcance que superan con creces las mayores erupciones solares de la historia moderna.
Las enormes EMC provenientes del Sol primitivo podrían haber impactado gravemente los entornos primigenios de la Tierra, Marte y Venus. Sin embargo, aún se desconoce en qué medida las explosiones en estas estrellas jóvenes presentan ECM similares a las solares. En los últimos años, se ha detectado el plasma frío de las EMC mediante observaciones ópticas desde la Tierra. Sin embargo, la alta velocidad y la frecuente ocurrencia esperada de EMC fuertes en el pasado han permanecido inciertas.
Para resolver este interrogante, un equipo internacional de investigadores, entre ellos Kosuke Namekata de la Universidad de Kioto, intentó comprobar si las estrellas jóvenes similares al Sol producen EMC similares a las de nuestra estrella.
El análisis del equipo incluyó observaciones ultravioleta simultáneas con el Telescopio Espacial Hubble y observaciones ópticas con telescopios terrestres en Japón y Corea. Su objetivo fue el joven análogo solar EK Draconis. El Hubble observó líneas de emisión en el ultravioleta lejano sensibles al plasma caliente, mientras que los tres telescopios terrestres observaron simultáneamente la línea Hα del hidrógeno, que traza gases más fríos. Estas observaciones espectroscópicas simultáneas de múltiples longitudes de onda permitieron al equipo de investigación capturar tanto los componentes calientes como los fríos de la eyección en tiempo real.
Estas observaciones condujeron a la primera evidencia de una eyección de masa coronal multitemperatura desde EK Draconis. El equipo descubrió que se expulsó plasma caliente de 100.000 grados Kelvin a una velocidad de 300 a 550 kilómetros por segundo, seguido unos diez minutos después por un gas más frío de unos 10.000 grados, expulsado a una velocidad de 70 kilómetros por segundo. El plasma caliente contenía mucha más energía que el plasma frío, lo que sugiere que las frecuentes y fuertes eyecciones de masa coronal (EMC) en el pasado podrían generar fuertes choques y partículas energéticas capaces de erosionar o alterar químicamente las atmósferas planetarias primitivas.
Cita #
- El estudio Discovery of multi-temperature coronal mass ejection signatures from a young solar analogue (Descubrimiento de firmas de eyección de masa coronal multitemperatura de un joven análogo solar) fue publicado en Nature Astronomy. Autores: Kosuke Namekata, Kevin France, Jongchul Chae, Vladimir S. Airapetian, Adam Kowalski, Yuta Notsu, Peter R. Young, Satoshi Honda, Soosang Kang, Juhyung Kang, Kyeore Lee, Hiroyuki Maehara, Kyoung-Sun Lee, Cole Tamburri, Tomohito Ohshima, Masaki Takayama & Kazunari Shibata
Contacto [Notaspampeanas](mailto: notaspampeanas@gmail.com)
 
            
        