El campo magnético de la Tierra es vital para la vida en nuestro planeta. Es una fuerza compleja y dinámica que nos protege de la radiación cósmica y las partículas cargadas del Sol. Es generado en gran parte por un océano global de hierro líquido fundido y arremolinado que forma el núcleo externo a unos 3.000 kilómetros bajo nuestros pies. Actuando como un conductor giratorio en una dinamo de bicicleta, crea corrientes eléctricas, que a su vez, generan nuestro campo electromagnético en continuo cambio, pero en realidad los procesos que generan el campo son mucho más complejos.
La Anomalía del Atlántico Sur se refiere a una zona donde nuestro escudo protector es débil. Los puntos blancos en el mapa indican eventos individuales en los que los instrumentos Swarm registraron el impacto de la radiación entre abril de 2014 y agosto de 2019. El fondo muestra la intensidad del campo magnético a la altitud del satélite de 450 km. Crédito: Division of Geomagnetism, DTU Space
La animación muestra los cambios en el campo magnético de la Tierra entre enero y junio de 2014, medidos por el trío de satélites Swarm de la ESA. El campo magnético nos protege de la radiación cósmica y las partículas cargadas que bombardean la Tierra, pero está en un estado de cambio permanente. El norte magnético es fluctuante, y cada pocos cientos de miles de años la polaridad cambia, de modo que una brújula apuntaría al sur en lugar del norte. Además, la intensidad del campo magnético cambia constantemente y actualmente muestra signos de debilitamiento significativo.
Merced a esta misión excepcional, los científicos están obteniendo más información sobre las diferentes fuentes de magnetismo para ayudar a comprender cómo y por qué el campo magnético se debilita en algunos lugares y se fortalece en otros. El campo es particularmente débil sobre el Océano Atlántico Sur, conocido como la Anomalía del Atlántico Sur. Este campo débil ha causado indirectamente muchos “hipo” temporales en los satélites (llamados perturbaciones de evento único) ya que los satélites están expuestos a una fuerte radiación sobre esta área. Crédito: ESA/Dot2Dot
El debilitamiento de la Anomalía del Atlántico Sur fue identificada por primera vez al sureste de América del Sur en el siglo XIX.
En la actualidad, la Anomalía del Atlántico Sur es de particular interés para la seguridad espacial, ya que los satélites que pasan sobre la región se enfrentan a dosis más altas de la radiación entrante. Esto puede provocar fallos de funcionamiento o daños en el hardware crítico, e incluso apagones de los elementos tecnológicos que definen a la Humanidad en este milenio.
Publicados este mes en Physics of the Earth and Planetary Interiors, los últimos resultados de la misión Swarm revelan que, si bien la Anomalía del Atlántico Sur se expandió de manera constante entre 2014 y 2025, una región del Océano Atlántico al suroeste de África ha experimentado un debilitamiento aún más rápido del campo magnético de la Tierra desde 2020.
La Anomalía del Atlántico Sur se refiere a una zona donde nuestro escudo protector es débil. Esta animación muestra la intensidad del campo magnético en la superficie terrestre entre 2014 y 2020, según datos recopilados por la constelación de satélites Swarm. Crédito: Division of Geomagnetism, DTU Space
Basada en los resultados de la misión Swarm de la ESA, la animación muestra cómo ha cambiado la intensidad del campo magnético terrestre entre 1999 y mediados de 2016. El azul representa las zonas donde el campo es débil y el rojo las regiones donde es intenso. El campo se ha debilitado aproximadamente un 3,5 % en las latitudes altas de Norteamérica, mientras que se ha intensificado aproximadamente un 2 % en Asia. La región donde el campo es más débil —la Anomalía del Atlántico Sur— se ha desplazado de forma constante hacia el oeste y se ha debilitado aún más, aproximadamente un 2 %. Además, el polo norte magnético se está desplazando hacia el este. Crédito: DTU Space
Este comportamiento está vinculado a patrones extraños en el campo magnético del planeta en el límite entre el núcleo externo líquido de la Tierra y su manto rocoso, conocidos como parches de flujo inverso.
El profesor Finlay explicó que «normalmente, esperaríamos ver líneas de campo magnético saliendo del núcleo en el hemisferio sur. Pero bajo la Anomalía del Atlántico Sur observamos zonas inesperadas donde el campo magnético, en lugar de salir del núcleo, regresa a él. Gracias a los datos de Swarm, podemos observar una de estas zonas moviéndose hacia el oeste sobre África, lo que contribuye al debilitamiento de la Anomalía del Atlántico Sur en esta región».
Los 11 años récord de la misión Swarm #
Los satélites fueron lanzados el 22 de noviembre de 2013 como la cuarta misión Earth Explorer y son satélites pioneros que forman un componente clave del programa FutureEO de la ESA.
Los datos de Swarm sustentan los modelos magnéticos globales utilizados para la navegación, monitorean los peligros del clima espacial y permiten obtener información sin precedentes sobre nuestro sistema terrestre desde su núcleo hasta los confines de la atmósfera terrestre.
El campo magnético de la Tierra se hace fuerte sobre Siberia #
“Al intentar comprender el campo magnético de la Tierra, es importante recordar que no se trata de un simple dipolo, como un imán de barra. Solo con satélites como Swarm podemos cartografiar completamente esta estructura y observar sus cambios”, afirmó Finlay.
Este cambio, causado por procesos complejos que ocurren en el núcleo turbulento de la Tierra, está asociado con el movimiento del polo norte magnético hacia Siberia en los últimos años. Este cambio es importante para la navegación, que se ve afectada por la interacción entre estas dos áreas del poderoso campo magnético.
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