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Inteligencia callejera: cómo un halcón aprendió a usar las señales de tráfico para cazar con más éxito

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Hace muchos años -escribió en una editorial el Dr. Vladimir Dinets, Profesor asistente de investigación en la Universidad de Tennessee y autor de un nuevo artículo en Frontiers in Ethology-, tuve la oportunidad de pasar un tiempo en el cráter del Ngorongoro, un lugar único en África, donde inmensas manadas de animales son observadas por multitudes igualmente inmensas de turistas en vehículos 4x4 y son frecuentes los atascos o embotellamientos de tráfico de todo tipo. En mi última noche allí, un guía local me contó junto a una fogata que algunos búfalos en el cráter habían descubierto el significado de las señales de giro -en algunos lugares de América latina utilizamos el término guiñe, y en ocasiones no utilizamos el dispositivo- de los automóviles y habían usado ese conocimiento para evitar a los Jeeps y los Land Rover cuando se desplazaran.

Un gavilán de Cooper adulto tras haber cazado a un gorrión común. Crédito de la imagen: Vladimir Dinets
Un gavilán de Cooper adulto tras haber cazado a un gorrión común. Crédito de la imagen: Vladimir Dinets.

Nunca tuve la oportunidad de regresar al cráter y todavía no sé si esa historia era cierta, pero me interesó la percepción de los animales y las interacciones con los vehículos fabricados por el hombre. Por supuesto, la interacción más común es que el animal sea atropellado, pero es la imagen completa. Muchos animales han aprendido a usar los automóviles en beneficio propio, y las aves parecen ser especialmente hábiles en esto. Los cuervos dejan caer nueces, almejas e incluso pequeños vertebrados en carreteras concurridas para que los coches los maten o los aplasten. Las aves carroñeras vigilan o patrullan rutinariamente las carreteras concurridas para atrapar inmediatamente a los animales atropellados. Por ejemplo, muchas carreteras estadounidenses están ‘ocupadas’ por familias de cuervos que las vigilan desde el amanecer hasta el anochecer, esperando que su comida surja de las ruedas inventadas por los humanos. Aves canoras recogen insectos muertos de los automóviles e incluso anidan en coches, trenes y barcos en movimiento. Las aves pequeñas utilizan los automóviles como refugios en tránsito para protegerse de la persecución de los halcones,mientras que en una ciudad ucraniana se sabe desde hace tiempo que los halcones utilizan como escondite los automóviles y tranvías en movimiento para acechar a sus presas.

Una cacería en el paso de los peatones
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He estado atento a los inusuales juegos entre pájaros y automóviles -indicó Dinets, y por eso noté algo interesante en una intersección cerca de mi casa. El lugar no era muy transitado, e incluso en las horas pico de la mañana, cuando llevaba a mi hija al colegio, solía haber pocos automóviles esperando la luz verde. Pero a veces, un peatón pulsaba un botón en el semáforo, y eso hacía que la luz roja se mantuviera mucho más, por lo que la fila de coches también se estiraba, extendiéndose hasta un pequeño árbol con una copa especialmente densa. Cuando esto ocurría, la farola emitía una señal sonora que avisaba a las personas ciegas de que no había peligro para cruzar.

Una mañana de invierno estaba en mi coche esperando que cambiara el semáforo y de repente vi un gavilán de Cooper: surgió de ese pequeño árbol, voló muy bajo sobre la acera junto a la hilera de automóviles, hizo un giro brusco, cruzó la calle entre los autos y se lanzó sobre algo cerca de una de las viviendas.

Unos días más tarde, volví a ver lo mismo y decidí investigar. Resultó que la casa que era el objetivo del halcón era habitada por una familia numerosa y agradable que disfrutaba cenando en el jardín delantero. A la mañana siguiente, sus migas de pan y otras sobras atraían a una pequeña bandada de pájaros: gorriones, palomas y, a veces, estorninos. Esto era lo que buscaba el halcón.

El área de estudio. La ruta que siguió el halcón para atacar a una bandada de aves que se alimentaban frente a la casa n.° 2 se muestra con flechas blancas. El halcón apareció en el árbol frente a la casa n.° 11 en cuanto las señales sonoras del semáforo de la intersección (marcadas con asteriscos blancos) indicaron que el semáforo en rojo se extendería más de lo habitual, y atacó cuando la fila de autos llegó a la casa n.° 8, lo que le permitió desplazarse al árbol frente a la casa n.° 1 sin ser visible para sus posibles presas. Crédito de la imagen: Vladimir Dinets, 2025
El área de estudio. La ruta que siguió el halcón para atacar a una bandada de aves que se alimentaban frente a la casa n.° 2 se muestra con flechas blancas. El halcón apareció en el árbol frente a la casa n.° 11 en cuanto las señales sonoras del semáforo de la intersección (marcadas con asteriscos blancos) indicaron que el semáforo en rojo se extendería más de lo habitual, y atacó cuando la fila de autos llegó a la casa n.° 8, lo que le permitió desplazarse al árbol frente a la casa n.° 1 sin ser visible para sus posibles presas. Crédito de la imagen: Vladimir Dinets, 2025.

Pero lo realmente interesante, y que me llevó mucho más tiempo descubrir -escribió Dinets-, era que el halcón siempre atacaba cuando la fila de coches era lo suficientemente larga como para quedar a cubierto hasta que alcanzara el pequeño árbol, y eso sólo ocurría después de que alguien pulsaba el botón que habilitaba el cruce peatonal. En cuanto se activaba la señal sonora, el ave rapaz volaba desde algún lugar hacia el pequeño árbol, esperaba a que los coches se alinearan y entonces atacaba.

¿La supervivencia es de los más inteligentes?
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Eso significaba que el halcón comprendía la conexión entre el sonido y la longitud final de la cola de automóviles. El ave también debía tener un buen mapa mental del lugar, porque cuando la cola de autos llegaba a su árbol, ya no podía ver dónde estaba su presa y tenía que hacer su rutina de memoria.

El ave en cuestión era inmadura. Los gavilanes de Cooper rara vez anidan en las ciudades de nuestra zona, pero son visitantes comunes en invierno. Así que el ave que estaba observando era casi con toda seguridad una migrante, que se había mudado a la ciudad apenas unas semanas antes. Y ya había aprendido a usar las señales y patrones de tráfico. Me pareció muy impresionante.

El joven gavilán de Cooper apostado para la emboscada. Imagen: Vladimir Dinets
El joven gavilán de Cooper apostado para la emboscada. Imagen: Vladimir Dinets.

El invierno siguiente vi un halcón con plumaje adulto cazando exactamente de la misma manera, y estoy bastante seguro de que era el mismo pájaro. El verano siguiente, la señal acústica del alumbrado público dejó de funcionar y los vecinos de la casa se mudaron, así que no hubo más bandadas de aves. Desde entonces, no he vuelto a ver ningún halcón de Cooper por aquí.

El gavilán de Cooper forma parte de una lista bastante reducida de especies de aves rapaces que se han adaptado con éxito a la vida urbana. Una ciudad es un hábitat difícil y muy peligroso para cualquier ave, pero especialmente para una gran rapaz especializada en presas vivas: hay que evitar ventanas, coches, cables de electricidad y otros peligros innumerables mientras se busca alimento a diario. Creo que mis observaciones demuestran que los gavilanes de Cooper logran sobrevivir y prosperar allí, al menos en parte, gracias a su gran inteligencia.

  • El artículo Street smarts: a remarkable adaptation in a city-wintering raptor, un estudio observacional realizado por el Dr. Vladimir Dinets, fue publicado en la revista Frontiers in Ethology.

  • Cuando traduje el editorial del Dr. Dinets, este sábado 24 de mayo de 2025, el artículo en FE acumulaba 2.727 vistas y 193 descargas.

  • Algunos detalles sobre el Dr. Dinets: Pertenece al Departamento de Psicología, de la Universidad de Tennessee, en Knoxville, Tennessee, y al Departamento de Matemáticas y Ciencias de la Computación, de la Universidad Rutgers, en Newark, Nueva Jersey, en los Estados Unidos.

¡Muchas gracias por su trabajo, Dr. Dinets!

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