La drástica caída de la biodiversidad debido a las actividades humanas presenta riesgos para la comprensión de comportamientos animales como el uso de herramientas, según investigadoras de la Universidad de Victoria y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. La disminución de las poblaciones animales dificulta cada vez más el estudio de estos comportamientos, lo que subraya la urgencia de implementar iniciativas de conservación específicas y estrategias de conservación inclusivas. Es necesario actuar no solo para la investigación, sino también para respetar nuestro patrimonio cultural compartido con las especies animales.
Nuestro entorno está cambiando rápidamente, en gran parte como resultado de las actividades humanas, lo que provoca una disminución significativa de la biodiversidad. Según investigadoras de la Universidad de Victoria y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, este declive no solo afecta la vida animal, sino también nuestra comprensión de su comportamiento, incluido el uso de herramientas. «Los comportamientos culturales abarcan desde el canto de las ballenas hasta el uso de herramientas por parte de los primates», afirmó *Ammie Kalan, de la Universidad de Victoria. «Estas adaptaciones al cambio ambiental no solo benefician a los animales, sino que también proporcionan información importante sobre los orígenes del comportamiento y el aprendizaje entre especies. Sin embargo, la disminución de las poblaciones animales mundiales supone un desafío para lo que aún podemos aprender».
La adaptabilidad a los desafíos depende de la diversidad de comportamientos culturales, o la gama de comportamientos que los animales pueden exhibir. El uso de herramientas, un aspecto importante de estas adaptaciones conductuales, deja evidencia física que facilita el estudio científico. Estas culturas materiales, al combinarse con el comportamiento observado, brindan una oportunidad única para interpretar mejor el registro arqueológico de la especie humana extinta, donde solo quedan herramientas de piedra como evidencia del comportamiento pasado.
«Los primates no humanos comparten una historia evolutiva común con los humanos, y su estudio puede proporcionar información importante sobre nuestros orígenes», afirmó Lydia Luncz, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. «Estas criaturas singularmente complejas están en peligro de extinción, lo que pone de relieve la urgente necesidad de protegerlas y conservarlas, así como su modo de vida».
La preservación de los comportamientos culturales podría verse facilitada por tecnologías digitales, como el escaneo 3D, que permite replicar artefactos físicos asociados con el comportamiento animal, o grabar y analizar sonidos y cantos de diferentes especies. Estos constituyen recursos invaluables para futuras investigaciones y esfuerzos de conservación. Reconocer el valor de estas culturas animales podría conducir a estrategias de conservación más integrales.
A medida que los seres humanos seguimos impactando significativamente en el medio ambiente, crece la necesidad no solo de proteger nuestro mundo natural compartido, sino también de reconocer y preservar la riqueza de las culturas animales. Reconocer este patrimonio cultural compartido es crucial no solo para el avance de la investigación científica y la educación, sino también para destacar la interconexión entre las historias de vida y las estrategias de supervivencia de todas las especies que comparten este planeta.
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El paper Saving the cultural legacy of wild animals fue publicado en la revista. Autoras: Ammie K. Kalan and Lydia V. Luncz
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El artículo Animal behavioral diversity at risk in the face of declining biodiversity fue publicado en el sitio web del Instituto Max Planck.