Alicja Lawrynowicz es una investigadora doctoral en el Grupo de Investigación de Materiales y Sistemas de Energía Solar dirigida por la profesora Kati Miettunen. El grupo de investigación se centra en mejorar la estabilidad de las nuevas tecnologías solares y el diseño de materiales sostenibles, como las alternativas de base biológica.
Lawrynowicz forma parte de un proyecto nórdico conjunto centrado en el desarrollo de nuevos tipos de textiles. Gracias a la investigación actual, los tejidos pueden ir más allá de su función tradicional en la fabricación de prendas y ofrecer funciones inteligentes adicionales, como la autodesinfección o la protección térmica cuando es necesario.
El objetivo del proyecto es crear textiles inteligentes que respondan a la luz. A diferencia de la mayoría de los textiles inteligentes ya disponibles en el mercado, los textiles desarrollados en este proyecto funcionan sin componentes electrónicos, sino que se basan en la luz para activar sus funciones. Este enfoque simplifica el diseño, aumentando la resistencia de los textiles al desgaste y su potencial reciclado en el futuro.
“Debido a que nuestros textiles inteligentes se activan con la luz y utilizan materiales menos dañinos, son más ecológicos que aquellos que utilizan cables eléctricos en su diseño”, afirmó Lawrynowicz.
Durante el proyecto, Lawrynowicz desarrolló telas con funciones adicionales, como algodón autolimpiable, que podría usarse para confeccionar batas de laboratorio, por ejemplo. Recubierto con óxido de zinc, el algodón elimina las manchas bajo la luz solar sin agua ni detergentes, lo que reduce la necesidad de lavados frecuentes.
Lawrynowicz también desarrolló un tejido que cambia de color según la radiación UV, incluso a niveles bajos. Esta característica fue posible gracias a la hackmanita, un mineral estudiado y desarrollado por el Grupo de Química de Materiales Inteligentes de la Universidad de Turku, dirigido por el profesor Mika Lastusaari. La idea de utilizar la hackmanita en textiles surgió de su capacidad única para detectar la radiación UV mediante cambios de color.
La hackmanita incluso ha sido enviada a la Estación Espacial Internacional (EEI) para medir la exposición a los rayos UV en el espacio. Aplicada ahora a textiles, los recubrimientos a base de hackmanita pueden alertar a los usuarios sobre el exceso de radiación al cambiar de blanco a morado tras una exposición prolongada a la luz solar. Añadir estos estampados a prendas informales podría ayudar a prevenir quemaduras en la piel y otras enfermedades relacionadas.